Eran las cinco de la mañana y los tamales ya estaban cociendose; la emoción inundaba los hogares de quienes los cocinaban, incluida mi casa. Desde hace semanas habiamos esperado y trabajado ansiosos de este día: la cita era a las 9:00 AM en un lugar que en mi localidad es el refugio de quienes viven sin techo o fueron deportados de Estados Un idos.
150 desayunos a quienes provenian de varias partes de Méxic o, así como Hondureños, Salvadoreños, Guatemaltecos y muchos locales se agruparon para recibir un desayuno de tres tamales y un vaso de chocolate.
Fué delicioso pasar mi mañana entre ellos, sirviéndoles y regalandoles sonrisas y escuchando sus bromas y anécdotas.
2 comentarios:
sigo pensando en mi viaje a méxico... y orando por ello.
cómo me hubiera gustao estar allí y ayudar también!
Ahra entiendes porque eres MI HEROEEEEEE????
=D
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