En tan solo medio correo, que es lo que apenas muestro aquí, te encargaste de hacerme romper en llanto entre tanta palabra dulce.
¿Y qué digo? Decir la verdad sería casi dibujarte de mentirosa... porque en el gran cariño con que me cobijas se vé una imagen distorsionada, a mi favor, de lo que soy o hago. Me ves desde el cristal del afecto, evadiendo mis defectos y magnificando mis acciones.
Me sé ordinario.
Pero también me sé honrado por maravillosas amistades como la tuya, en cuyas fuerzas he apoyado muchas de mis luchas.
¡Gracias! Pero de corazón lo admito: no lo merezco.
2 comentarios:
La amistad se siente como a un hijo. Preciosa y agradecida es tu amistad, realmente no nos Viena dada. Se cultiva, se la mima, se le acaricia y aunque sea desde las lágrimas se riega. Hoy tú obtienes el fruto de esa “planta” amiga que seguramente has cultivado con Amor infinito.
Mil biquiños gallegos.
sniff sniff esa mi hermanasa tsss casi me hace chillar nombre mejor ya mero chingo mi compu de tanto lagrimas. pero pos si mi sensei tiene razon mi reyna es usted todo amiwo del alma ooooh!! como me lo quieren ja ja ja y tu que ni te gustan que te quieran vdd cabron? ;)
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