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Hablar de, y honrar a, Oriana Fallaci es quedar señalado por quienes le acusaron de ser repulsiva e intolerante, especialmente los últimos años de su vida.
Quienes le hemos leido desde la luz de su historia, le entendemos bien.
Pude recorrer, acompañado de Antonella Lucano, todos los hermosos rincones de Florencia (Firenze, en la lengua de ella). Lugar maravillosamente mágico, no solo por sus paisajes e historia, sino por guardar en la memoria, los muchos pasos de ella.
Nació en la Regione Toscana, en el centro de Italia, obligada a crecer entre las ideas fascistas de la Italia de los 30's y 40's, pero influida por el activismo antifascista apasionado de su padre, quien estuvo un tiempo preso y bajo tortura por sus convicciones.
Durante la II Guerre Mundial, Oriana, que aun era practicamente una niña, vivió como partisana y participó en la Resistencia "Justicia y Libertad" contra la ocupación nazi.
Fué una mujer de pensamiento liberal, y una periodista y escritora de voz puntual y pluma certera, que en sus libros escribió no solo desde la experiencia personal, sino desde la gran pasión que la agitaba. Como corresponsal de guerra siguió a detalle cada uno de los conflictos del siglo siglo XX, desde la intromisión estadounidense en Vietnam, los conflictos en el Oriente Medio, las complicaciones bélicas India-Pakistán, y las luchas en Latinoamérica. Como periodista logró entrevistar a numerosos líderes y celebridades de su época; Henry Kissinger, el Sha de Persia, el ayatolá Jomeini, Willy Brandt, Zulfikar Ali Bhutto, Walter Cronkite, Muammar Gaddafi, Federico Fellini, Sean Connery, Sammy Davis Jr, Nguyen Cao Ky, Yaser Arafat, Indira Gandhi, Alexandros Panagoulis, Golda Meir, Haile Selassie, Mao Tse Tung, John Kennedy y Robert Kennedy, por mencionar a algunos.
He sido seducido una y otra vez por muchas de sus letras, y he sido admirador de su notable congruencia entre lo que vive y lo que escribe. Una mujer que siempre admiré, aun si no en todo estuve de acuerdo con ella.
"Hay momentos en la vida en los que callar
se convierte en una culpa
y hablar en una obligación.
Un deber civil, un desafío moral,
un imperativo categórico del que uno
no se puede evadir"
se convierte en una culpa
y hablar en una obligación.
Un deber civil, un desafío moral,
un imperativo categórico del que uno
no se puede evadir"
-Oriana Fallaci
1 comentario:
He leído de Oriana Fallaci bastante la seguí mucho tiempo y te agradezco su recuerdo.
Lo primero que leí de ella fue “carta a un niño que nunca nació” Fue en un momento en el yo también escribía a mis tres hijos que no llegaron a nacer.
¿Oye el que recita, esa voz es tuya?
Me encanta visitarte, me siento como en mi casa ¿será porque sé que leo a un buen hombre como hay pocos…?
Si alguna vez cruzas las nubes y te paras aquí, me va a encantar abrazarte como a mis propios hijos.
Mil abrazos. Se muy feliz.
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