Una costumbre necesaria.
Tengo la costumbre de cerrar cada año recorriendo visualmente mis libreros... mis ojos sufren con mi alma para designar aquellos libros que dejarán de estar conmigo. Los regalo a quien sé los necesita; los regalo porque necesito espacio. Siempre estoy comprando libros.
Tres anécdotas.
1. Alguna vez, mientras manejaba por una carretera de cuatro carriles en cada dirección, miré unos libros que se deshojaban entre el cruce vehicular... pensé en ellos como quien piensa en niños, y me lancé a su rescate poniendo en peligro mi integridad física, bailando entre vehículos hasta recuperarlos todos. Lo haría de nuevo sin pensarlo.
2. Mi día comienza con letras y termina entre ellas. ¡No puedo estar tranquilo si no he leido!
3. Descubrí un lugar, a unos cuantos kilómetros de mí, donde puedo comprar libros "a granel". En una bolsa de plástico, de esas de "camiseta", puedo poner los que quepan y pagar solo 3 dolares. ¡¡He aprendido a acomodar hasta 60 libros por bolsa!!
Mis libros.
Compañeros leales de mis madrugadas solas.
Mi fuente frecuente de revelación, de iluminación, de cambio.
Llaves a mil mundos.
Letras que estimulan... que alimentan... que oxigenan... que desgarran... que exigen... que cantan... que enamoran.
CERRAR CICLOS
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Los cambios externos y visibles suelen indicar procesos de cambio internos.
La vida es un constante caminar, y al hacerlo aprendemos, y al aprender
cambiam...
1 comentario:
worales!!!pues entonces tenemos algo en commun mi sensei el amor por las letras y los libros. pos aqui entre nos le cuento que cuando salgo a un centro commercial en vez de comprar ropa, joyas y asi me deleito simplemente en entrar a una libreria y comprarme un buen libro. igual tambien aveces me encontro en el rescate de aquellos viejos libros que muchos deciden tirar a la basura je je je je je.y se que muchos diran que es absurdo pero pues en si mi alma siempre se encuentra con hambre por las letras y por aprender.
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