Me envuelve el recuerdo de tu humedad restregándose en mi lengua... y de nuevo viajo a tus rincones, y puedo, desde la memoria, probar tu sabor y beber tu jugo.
Me aferro a esa imagen tuya, con pupilas dilatadas y respirar entrecortado mientras mi rostro adoraba tu sexo... y me abrazo al recuerdo de aquellas piernas que me confiaron el acceso a tu intimidad.
Te pienso... y es como volver a sentirte.
Te siento, y es que jamás dejé de pensarte.
¡Si tan solo supieras cómo extraño tu piel rozandose contra mis manos!
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